Dieciséis quilos
Es lo que llevo perdidos en cuatro meses. El sobrepeso acumulado por la depresión, por la ansiedad. Voy perdiendo lo que había ido acumulando durante seis años y, sobre todo, en los dos o tres últimos. Es duro deshacerse de todo ello. Es duro pero, a la vez, gratificante. Y lo es porque con lo que pierdo, gano. Recupero partes de mi que había desterrado. Y comienzo, de nuevo, a aprender a vivir solo.
Comenzar de nuevo. Después de ocho años de vida en pareja, después de seis años de auto-anularme. Después de años de negarme cualquier derecho, cualquier alegría. Aquí estoy, lanzando lastre e intentando aprender de nuevo a caminar solo, intentando aprender de nuevo a relacionarme con los demás, de otra manera, aceptando que soy como soy, dándome permiso a equivocarme, dándome permiso para intentar ser feliz.
Estoy a punto de cumplir 44 años. De ellos, pocos periodos recuerdo felices. Pero se que puedo serlo. Se que puedo tirar adelante, se que puedo intentar vivir en paz conmigo mismo y encontrar la felicidad de nuevo.
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